El Jardín Botánico es un lugar agradable para caminar y relajarse en la ciudad, recorriendo sus senderos y conociendo las distintas especies autóctonas de la Argentina, así como de otros continentes. Ocupa una superficie de más de 7 hectáreas y alberga unas 6.000 especies vegetales. Conserva una importante colección viva de ejemplares arbóreos con una mayor superficie (aproximadamente 5 hectáreas) destinada a la flora argentina y otra menor (de unas 2 hectáreas) con especies provenientes de los cinco continentes. Algunos de los ejemplares pertenecientes a las colecciones vivas son únicos en la Ciudad y, en algunos casos, únicos en el país.

El 22 de febrero del año 1892, el entonces Director Gral. de Paseos Públicos de la Capital, el Arq. Paisajista Carlos Thays elevó a la Intendencia Municipal, a cargo de Francisco Bollini, un proyecto en el cual se exponía la necesidad de la creación de un Jardín Botánico de Aclimatación que atendiera por igual a objetivos científicos, recreativos y paisajísticos. En dicho proyecto se aconsejaba que el lugar más indicado para formar ese jardín era el terreno situado en la calle Santa Fe a la altura del Parque Tres de Febrero, solar en el que funcionaba el departamento Nacional de Agricultura.

Aprobada la iniciativa por el Intendente, se eleva la nota al Ministerio del Interior a cargo de Nicasio Oroño, estando también en conocimiento el presidente Carlos Pellegrini. Se transfiere entonces el predio a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. La entrega de los terrenos se realizó el día 2 de septiembre de 1892, iniciando de inmediato los trabajos de formación de los jardines. Al efectuar el estudio del proyecto se aprovechó la topografía accidentada del terreno para representar en el trazado los principales estilos de parques y jardines (simétrico, apaisado y mixto).

Luego de seis años de labor ininterrumpida, el Jardín se abre al público el 7 de septiembre de 1898. El botánico municipal, materializado con esfuerzo y perseverancia, pronto se colocó entre los primeros del mundo y así lo expresó el ilustrado Clemenceau “…Una organización de jardín botánico superior a todo lo que se ha hecho en este género en el viejo continente…”.
En el año 1937 una ordenanza le otorga al Jardín Botánico Municipal el nombre de su fundador “Carlos Thays”.

El 3 de abril del año 1996 por Decreto Nacional, se declara al Jardín “Monumento Histórico Nacional”.

El 30 de noviembre de 2009, por Decreto Nacional, pasa ser “Dirección Operativa Jardín Botánico Carlos Thays”.

El edificio central está resuelto con perfecta simetría y simplicidad. El proyecto fue presentado en enero de 1881 y construido entre abril y diciembre del mismo año. En sus cuatro esquinas tiene breves torreones que le dan un aspecto de castillo inglés, está revestido en su exterior de ladrillos rojizos, que justifican el simpático nombre que alguna vez se le dio entre los palermitanos: “El Castillo de Chocolate”. La fachada, envolvente y continua, como corresponde a un volumen exento, es un fiel exponente de la arquitectura ladrillera de alta calidad de manufactura. Tiene una superficie cubierta de 600 m2.

El invernáculo principal es un hermoso exponente del Art Nouveau francés de finales del siglo XI. Fue expuesto en la Exposición Universal de París en 1889. Adquirido en 1897 para ser incorporado al Jardín, está realizado en estructura de hierro con ornamentos y cúpula de vidrios superpuestos. Por sus condiciones especiales de temperatura y humedad alberga colecciones de especies subtropicales del mundo. Tiene un sector central paisajístico, bajo la cúpula, y dos alas rectangulares separadas en sectores. Son características sus decoraciones de rocalla en el interior, que han sido recuperadas y plantadas con helechos y especies rastreras o colgantes. Para proteger a las especies que viven en él, el invernáculo principal se abre solamente para las visitas guiadas de contenido académico durante los días de semana y para el público en general, en las tardes de sábados, domingos y feriados, de 16.30 a 17.30 hs.

En el Jardín Romano se presenta un espacio inspirado en los jardines romanos de comienzos de la Era Cristiana y en los textos de Plinio. Creado por Carlos Thays, su objetivo fue ilustrar los estilos de jardines más difundidos en la historia del paisaje. Son característicos la simetría del diseño, la utilización del mármol y estatuas, las plantas típicas de los jardines mediterráneos (boj, ciprés, laurel, rosales, acantos), así como el arte de la topiaria (poda artificial y decorativa), típica de aquella época.

El Jardín Francés está inspirado en los jardines franceses del siglo XVIII. Intenta representar un espacio del jardín de Versalles (París), cuyo autor fue Le Notre. Se destacan la fuente central, el trazado simétrico con motivos florales, cerradas por parterres de boj característicos. Incluye la estatuaria, representado por esculturas grecorromanas, en este caso reproducciones de Venus, diosa mitológica de la hermosura, amor y fertilidad y Mercurio, Dios del comercio.

Los senderos internos proponen múltiples paseos contemplativos. A lo largo de ellos se encuentra una interesante colección de esculturas, de variados materiales y estilos, cuyos motivos evocan a la naturaleza, la historia o la música. Su riqueza plástica habla de otros tiempos y del presente, y de la relación del hombre con la naturaleza, el arte y el paisaje. Por el sendero de la “Flora Nativa” se presenta un recorrido para conocer algunos de los árboles que habitan nuestros montes, bosques y selvas. El sendero “Los Reyes de Jardín” transita un recorrido para conocer los ejemplares más antiguos y más monumentales que habitan en este lugar, casi todos ellos plantados en 1892.

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