Galeón - [ Archivo Clarín ]

Sepultado por más de tres siglos, un galeón español del siglo XVIII fue hallado durante las excavaciones de la obra en construcción del complejo de edificio Zencity en Puerto Madero a finales del año 2008. La embarcación habría encallado en un sector de lo que durante esa época era una playa.

Fue descubierto a ocho metros por debajo del nivel de la calle. En un primer momento, al develar el esqueleto de la embarcación, se encontraron cuatro cañones, una bala de plomo y artículos de mayólica.

La excavación arqueológica de los restos del naufragio se realizó entre enero y marzo del año 2009 y las piezas rescatadas se trasladaron al laboratorio de arqueología urbana de la Ciudad de Buenos Aires, ubicado en Moreno y Alsina.
Se determinó una eslora de alrededor de 28 metros y se constató la existencia de un golpe en la quilla, lo que abona la teoría de que sufrió un accidente por el cual encalló.

En abril de 2010 se montó un operativo que trasladó la embarcación española hacia su ubicación definitiva en la Barraca Peña, en el barrio porteño de La Boca.

Luego de ser trasladada, la nave fue nuevamente enterrada siguiendo los parámetros recomendados por la Unesco, para la conservación del material de 1700 que de otra manera se desintegraría. Fueron colocados sensores de monitoreo cerca de las piezas de madera para medir la humedad relativa y la temperatura.

Las investigaciones han dado certeza que era un pequeño navío mercante privado de mitad del siglo XVIII. Y descubrieron que traía aceitunas y lingotes de hierro, entre otras mercancías para vender en Buenos Aires.

La historia del barco se remonta a 1747, el año en que un carpintero del mar Cantábrico taló el roble para construirlo. Así lo determinó la dendrocronología, una técnica que averigua la antigüedad de la madera analizando los anillos que marcan el crecimiento anual del árbol. El carpintero armó un navío modesto pero robusto, con no más de 30 metros de eslora y una bodega de proa a popa.

El Río de la Plata, con su poca profundidad y sus bancos de arena, fue una trampa para el navío, que encalló o tuvo un accidente , como lo reveló su quilla rota. Quedó en río abierto, cerca de la desembocadura del Riachuelo, en lo que hoy es Puerto Madero. Se sabe que la tripulación pudo abandonarlo, porque no quedaron restos humanos. En cambio, encontraron gran parte de la carga, incluyendo numerosas botijas de arcilla enteras y fragmentadas.

También se hallaron elementos de fijación, consistentes en clavos, tachuelas y pernos de ligazón, componentes fundamentales en la construcción naval. Todos los elementos analizados son de hierro forjado.
Una colleción de estos objetos fue puesta en exposición en septiembre de 2012 en el Espacio Virrey Liniers, ubicado en Venezuela 469.

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